“Me siento desorientado ¿por dónde empiezo? ¿qué debería hacer?”

Este es el comentario que más estoy recibiendo estos días ante la situación acontecida por la Covid19.

Me atrevería a afirmar que nadie ha salido ileso. A todos, en mayor o menor medida, nos ha afectado de alguna manera.

Nunca hemos tenido una crisis tan intensa y tan comprimida como la actual.

Nunca antes hemos vivido una experiencia tan drástica de manera tan repentina y global, con tan fuerte varapalo a la salud, la economía y al comportamiento social.

Nunca antes el mundo se había parado tan en seco y de repente.

Y ante una situación así, y desde el punto de vista de los negocios y las marcas, que es de lo que aquí hablamos en el blog, puede que te encuentres en una de las siguientes situaciones y estés pensando todo el día ¿qué hago?

Sin entrar en muchos detalles porque cada caso concreto tiene sus particularidades, voy a dejarte unas pautas generales, pero muy importantes y esenciales, que espero te ayuden al menos para (re)situarte :)

Son muchas las marcas que nacen 100% centradas en su producto o servicio, es decir, en aquello que venden dejando a un lado el cliente para más tarde ¿Y qué ocurre? Pues que, o tienes un producto que jamás de los jamases nadie pueda imitar o asumes que serás solo una marca más del montón. Y tú no quieres eso ¿verdad?

Lo primero por lo que debes empezar es por tu propósito. Toda empresa nace de una idea: el propósito de ayudar en algo a un determinado perfil de personas, o de hacer que se sientan mejor en algún aspecto de su vida, o más felices, o que su vida sea más divertida o más saludable, o de hacer del mundo un lugar mejor, o que sus mascotas tengan mejor calidad de vida…  ¿Cuál es el tuyo? 

Traslada ese propósito a un producto o servicio con el que puedas hacerlo realidad, y que por supuesto puedas comercializar. Pero antes de decidir cómo será tu producto o servicio debes plantearte lo siguiente:

→ ¿Existe ya alguna marca con el mismo propósito que tú? 
→ ¿Qué perfil de persona encaja con ese propósito? ¿quién es entonces tu público objetivo? ¿y quién tu cliente ideal?
→ ¿qué necesidad, problema, deseo o motivación identificas que tiene (insight) y conecta con tu propósito?
→ ¿tu competencia directa se enfoca en el mismo insight que tú vas a cubrir?
→ ¿de qué manera marcarás la diferencia? ¿y esa diferencia será relevante para el cliente?

A partir de esta reflexión es cómo empezarás a crear tu marca. Y cuando hablo de marca no me refiero a tu logotipo, sino a crear una marca con personalidad, con una propuesta de valor, con todo un universo de asociaciones, y por supuesto con una estrategia.

Porque te aseguro que más de un 80% del éxito de las empresas no es el QUÉ venden, sino el CÓMO lo venden. La forma en que conectan con su público objetivo y despiertan su interés.

Por ahí es por donde debes empezar. Mucho más importante y prioritario que cualquier otra cosa.

Aquí en el blog tienes amplia información, pero si quieres recibir ayuda más metódica y directa por mi parte te recomiendo mi programa de mentoría Crea tu Lovemark

Ver una oportunidad de negocio ante un problema puede ser percibido de dos maneras: como un síntoma de capacidad de adaptación o de oportunismo. Depende de cómo enfoques tu estrategia. Obviamente lo ideal es la primera opción, pero esto solo ocurrirá si aprovechas la situación para hacer algo relevante de verdad.

Y para ello tienes que pensar, no en el dinero que vas a ganar, sino en cómo vas a ayudar a la gente a solucionar o mejorar un problema o situación que has visto que existe. Enfoca tu comunicación desde esta óptica, demuestra que te importa ese insight y que aquello nuevo que vendes ayuda de verdad, de lo contrario serás percibido como un oportunista.

Es decir, muestra que tu objetivo no es vender y dar el pelotazo, sino ayudar y ser parte de un mundo diferente.

Y aparte de eso, si este epígrafe es tu caso tienes que plantearte también lo siguiente:

Antes de tomar una decisión tienes que tener en cuenta tu arquitectura de marca porque no es lo mismo si es monolítica, multimarca o de respaldo.

En el primer caso, arquitectura monolítica, esa nueva línea de negocio tendría que casar totalmente y ser coherente con la promesa, propósito, propuesta de valor, posicionamiento y personalidad de la marca principal, puesto que vas a utilizar el mismo nombre de marca para esa nueva línea de negocio.

Si en cambio tienes (o vas a crear) una arquitectura multimarca puedes permitirte tener negocios completamente diferentes, no solo en cuanto al producto/servicio que vendes, sino en cuanto a estrategia, ya que cada uno lo gestionarás con un nombre de marca diferente.

Y si tienes una arquitectura de respaldo, que es aquella en la que marcas diferentes van siempre acompañadas de la marca principal que da nombre a la empresa a la que pertenecen (ejemplo Nestlé con KitKat, Nesquik, Nescafé, Chocapic…), ten en cuenta que la marca principal del grupo no puede amparar negocios contradictorios entre sí y que las marcas del grupo deberán compartir los mismos valores de la marca corporativa.

Este punto también lo tratamos en Crea tu Lovemark :)

Una de las cosas que caracteriza a las personas que tienen éxito en la vida es su capacidad para adaptarse a las circunstancias que se le van planteando. Su capacidad para mutar y reinventarse.

Son personas de mentalidad flexible, capaces de filtrar lo que de verdad importa y lo que no, capaces de cambiar sus marcos de referencia y abiertas a adquirir diferentes perspectivas para entender el mundo. Personas con una gran inteligencia emocional.

Algunas personas tienen esta cualidad de forma innata, otras la adquieren por necesidad para sobrevivir. De una forma u otra, si este epígrafe es tu caso y estás pensando en reinventarte pero todavía no sabes cómo, te diría que empezaras por hacer un buen análisis de la situación y por identificar insights. Para ello plantéate lo siguiente:

Todo esto lo trato también más en profundidad en “Crea tu Lovemark” 

El problema de muchas de las marcas que se sienten estancadas es precisamente el que te comentaba más arriba en el primer epígrafe: haberse centrado totalmente en la actividad que desarrollan y haber ignorado lo que es “estrategia de marca”. Y es que si centras toda tu atención y comunicación en tu producto/servicio corres varios riesgos:

Normal que así te sientas siempre estresado y agotado.

En cambio, si enfocaras tu estrategia, no sobre el producto o servicio que vendes, sino sobre un propósito que consigues a través de esa actividad, lo que consigues son alas que te permiten volar mucho más alto. Porque ya no estás diciendo “mira vendo esto, que vale tanto” sino “entiendo el problema, deseo o inquietud que tienes y quiero ayudarte, por lo cual tengo este producto/servicio”

Y no solo eso, además haces que tu marca sea mucho más flexible y que tenga mayor capacidad de reacción y de adaptación a los cambios que se puedan ir dando en la sociedad porque, si tu marca no pivota sobre un tipo de actividad determinada sino sobre propósito, podrá seguir a flote por mucho que necesite reinventarse.

Por tanto, es en el propósito donde la magia ocurre. Muchas veces se piensa que la clave está en cambiar de nombre, en renovar la imagen corporativa, en publicar fotos más chulas …. Y no, la clave está en reenfocar el posicionamiento y la percepción que se tiene de tu marca.

Te diría que empezaras por hacer :

Conozco ya varios negocios que ante la incertidumbre de esta pandemia, y dirigidos por el miedo que han sentido, han decidido cerrar sin haberlo considerado bien. Y más de uno me consta que ya se ha arrepentido de haberse precipitado.

Si estás pensando en cerrar tu negocio, te diría que antes de abandonar consideraras si es un problema económico o de falta de motivación.

Si es económico pero ganas no te faltan, busca la manera de conseguir liquidez, aunque parezca difícil pero inténtalo. Si es un problema de motivación y desgaste, estoy segura de que a través de mi programa de mentoría “Crea tu Lovemark” podré ayudarte a recuperar la ilusión por tu negocio, el foco y a plantear una buena estrategia que te haga salir a flote de nuevo.

Si hay una oportunidad de prepararse para volver con fuerza es ahora. Porque mientras muchos abandonan o piensan en reducir gasto, aquellos que aprovechéis este parón para planificar vuestra estrategia seréis los que estaréis mejor preparados para remontar y posicionaros.

Es hora de trabajar con conciencia aquella imagen que quieres proyectar hacia fuera. De reforzar tu posicionamiento que hace tiempo tienes abandonado. De revitalizar tu identidad de marca. De reorganizar el portfolio de tus productos y servicios para ser más eficiente. De fortalecer los vínculos con tus empleados para que se vuelvan a enamorar de tu marca y de analizar cómo conseguir mayor conexión y engagement con tu público.